El futuro éxito de Gucci, la exclusiva firma de moda italiana, dependerá en gran medida de las decisiones que tome su nuevo CEO, Marco Bizzarri. La primera de ellas será la sustitución de Frida Giannini, directora creativa de la compañía, que llevaba más de un año sin generar ningún crecimiento. Bizzarri, de 52 años, fue antiguo CEO de Bottega Veneta, y logró duplicar ganancias en los cinco años que estuvo en el cargo.
En un momento difícil para la industria, la elección del diseñador cobra aún más relevancia para Gucci, que enfrenta el reto de generar un mayor crecimiento económico y creativo, según señalan muchos analistas.
Isabelle Harvie-Watt, que preside la consultoría del lujo ‘LuxHub’, perteneciente a la compañía de publicidad Havas SA de Milán, señala que “Bizzarri tiene que elegir a la persona acertada y conseguir que Gucci vuelva a ser una marca atractiva”
El pasado mes de diciembre, Kering, la compañía propietaria de Gucci, anunció la retirada de Frida Giannini, que desempeñó nueve años el cargo de directora creativa. Giannini no logró el éxito para la casa, a diferencia de su antecesor Tom Ford, que convirtió a Gucci en una marca sexy, según lo define la consultoría de moda WGSN, cuya directora Lorna Hall, señala que la marca necesita dinamismo y saber qué representa. “Perdió su sex appeal y el cliente de Gucci está perdido”.
Los nombres que se barajan para sustituir a Frida Giannini, incluyen a Alessandro Michele, auxiliar de Giannini y diseñador de accesorios; Riccardo Tisci de Givenchy; y el de Joseph Altuzarra, ex discípulo de Tisci y en cuya marca de moda Kering tiene una participación. Jane Kellock, fundadora de la consultora londinense ‘Unique Style Platform’ considera que ”Una estrella de gran trayectoria crearía interés en torno de la marca, pero podría ser difícil de manejar".
Las medidas inmediatas que se prevé vaya a tomar Bizzarri para mejorar los resultados de Gucci, incluyen designar al nuevo director creativo, el reacondicionamiento de algunas tiendas en Asia, una mejora del servicio y recortar los costos de fabricación de algunos productos. Recomponer la imagen de una marca no es trabajo fácil, ni algo que se realice en pocos meses.