Hay momentos en la vida en los que la emoción nos puede; nos vence por todo lo que encierran, por toda la ilusión que ponemos en ellos, porque ponemos el corazón en juego y cambiamos nuestra vida con la profunda convicción de que será para siempre, es nuestro compromiso para con nosotros mismos y nuestro futuro. Son momentos a marcar en el calendario y a llevar siempre entre las manos en forma de joya eterna.
Los diamantes son esa joya eterna que lucen las novias sellando el 'sí, quiero' con su brillo; y, hablando de diamantes, resulta difícil no hacerlo de De Beers, una firma más que centenaria ya y referencia incuestinable por la calidad de sus diamantes, también por la elegancia de sus joyas... y por su slogan, que es hoy una afirmación universal: un diamante es para siempre.
Fue en el año 1947 cuando De Beers, que había sido fundada en 1888, selló un slogan que se convirtió en algo mucho más duradero que una campaña de marketing y que además se universalizó, actualmente nadie duda de que un diamente es para siempre aunque no sepa que esa frase no se refería a todos los diamantes del mundo sino a los De Beers.
El siglo XXI trajo para esta lujosa firma un tiempo nuevo, se incorporó al grupo LVMH y abrió su primera tienda en Londres, también en Tokio, Nueva York, Hong Kong, China... Y llegaron sus soberbias colecciones de joyas, sus piezas únicas y sorprendentes, todo un mundo de pasión y lujo que guarda su esencia en sus piezas más discretas y elegantes, en las joyas que lucen las novias en el último día en que lo son...
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