Una mujer se define por muchas cosas. En primer lugar por su sonrisa, forma de caminar, gestos y actitud ante la vida. Somos aún un misterio y dentro de nosotras encerramos cientos de contradicciones, lo que nos vuelve únicas por naturaleza. Pero, más allá del interior, todo aquello que nos acompaña en nuestro día a día también contribuye a afianzar nuestra imagen y personalidad.
Vestidos, zapatos, blusas, pulseras y todo un sinfín de prendas y complementos abarrotan nuestro armario. Y, a pesar de ello, todavía la frase “no tengo nada que ponerme” sigue siendo una constante en nuestra rutina. Para esos momentos en los que las dudas nos asaltan y nos resulta imposible encontrar la combinación perfecta, existen piezas infalibles.
Una de ellas es el bolso C de Cartier, todo un clásico atemporal al que es extremadamente difícil resistirse. La clave de su éxito es un misterio, como lo es cualquier mujer, pero lo cierto es que contiene todos los ingredientes para convertirse en uno de los bolsos predilectos de la temporada.
El modelo C de Cartier hace gala de una gran vitalidad, por lo que es el aliado perfecto tanto para una cita al caer la noche o una reunión a primera hora de la mañana. Está disponible en varios tonos, todos ellos vibrantes pero a la vez delicadamente sutiles ya que están inspirados en los que lucen las piedras preciosas. Por lo que el C de Cartier se puede encontrar en color amatista, en granate espesartina, en cordierita, en turquesa, calcedonia o cuarzo rosa.
Más allá del universo cromático, es una pieza sofisticada, femenina a cada línea y flexible en cuanto a diseño. El C de Cartier es de esos bolsos de los que resulta complicado no enamorarse, con curvas que se adaptan a nuestro cuerpo, una estructura fácil de llevar y una apariencia que invita a mirar y a ser mirado.
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