Seis, que bien pudieran ser más, hasta cincuenta y dos lunes que tiene un año. Pero nos quedamos con seis porque nos parece un número redondo para mostrar lo que cada lunes, al filo de las seis de la tarde, Fernando Álvarez comparte con nosotros.
Se trata de pequeñas píldoras pensadas para alentarnos en nuestra tarea diaria, para ayudarnos a respirar primero y decidir después, a ser autocríticos, a mejorar y crecer. No se trata de recetas milagro sino de pequeñas dosis de inspiración para la vida.