Todos los días son de la mujer y para la mujer. El 8 de marzo quizás tan sólo un poco más si se puede. Una celebración que nos pertenece a todos, o así debería ser. Tal vez la clave para encontrar la viabilidad de un mundo que parece encaminarse al abismo se encuentre en el corazón, la palabra o los sueños de una mujer. Ojalá llegue pronto ese momento en el que realmente no importe el género de una persona para que tenga las mismas oportunidades, la misma libertad, los mismos derechos, la misma consideración. Y que entonces tampoco importe la raza, el origen, el color de su piel, su opción sexual, su pasaporte, sus ideas… Que se trate tan sólo de una persona. Y que si canta, su voz suene, llene, emocione, transmita… Sólo una voz, sea de quien sea. Esta vez cinco mujeres recorren ese camino. No vamos solos.