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Cinco Canciones Para Un Viaje

Lo importante no es el viaje, sino las canciones que lo dibujan. Y estas son cinco canciones para un viaje.

A veces es difícil encontrar el camino de vuelta a casa. Empieza a anochecer y ya sopla el frío viento del norte; el tiempo borró nuestras huellas y la débil luz del último rayo de sol cambió los perfiles de todo aquello que nos rodea. No queda nada de todo aquello que vivimos y sólo se escucha el rumor de una lejana canción.

Temprano empezamos el viaje, cuando apenas la madrugada no era más que la esperanza de un nuevo día. En los ojos la ilusión de la partida, en el corazón el deseo de aventura, aquella que recitaban unos profetas en su canción.

Fue una larga y a veces angustiosa travesía la que nos llevó a lugares inimaginables. Pasamos por situaciones felices, otras emocionantes e incluso algunas aburridas. Y por supuesto, también hubo instantes tristes y amargos. Conocimos gente maravillosa y seres detestables. Unos se unieron a nuestra marcha y otros pusieron todo tipo de trabas y nos auguraron mil desgracias. Pero casi siempre fuimos solos y acompañados únicamente de una canción.

Nadie recuerda en qué momento comprendimos que debíamos regresar. Algo en nos dijo que diéramos la vuelta y desandáramos el camino. Nunca preguntamos el por qué. Sabíamos que jamás hallaríamos la respuesta, porque no la había, pero no dudamos ni por un instante. Giramos, dirigimos la mirada hacia el pasado y entonamos otra canción.

A veces es difícil encontrar el camino de vuelta a casa. Ya es de noche y se escucha el frío lamento del viento del norte. El olvido borró las huellas y la pálida luz de la luna nos señala claramente mil destinos diferentes. No queda nada de lo que vivimos, ni siquiera el rumor de aquella vieja canción.

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