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Cinco Canciones En Cinco Tintas

Intenciones por colores y música para cada propósito, para cada deseo. Cinco canciones en cinco tintas.

Me acabo de comprar uno de esos bolígrafos que tiene varios colores y escribo en rojo la lista de las cosas que nunca me deben de faltar: la esperanza, la ilusión y tú. Y la música, que siempre suene una canción. O cinco canciones en cinco tintas.

Utilizo el azul para enumerar los fallos que cometí y que no debería repetir nunca más: olvidarme de lo principal, dejarme seducir por cosas poco importantes, no pensar en ti… Seguramente volveré a caer en el error pero siempre habrá una canción que haga recordar que aún se puede rectificar.

En negro apunto todo lo que quiero borrar. Aquello que me gustaría arrojar al oscuro agujero infinito para ser devorado por el olvido y el rencor. Sé que sólo son unas pocas líneas pero su peso me aplasta hasta reventar. Tal vez me libere cuando suene una canción.

Vuela el verde sobre el papel para dibujar un pensamiento confuso y voraz. Es el momento de soñar, de idear un futuro diferente, radiante, contigo… Pueden no ser más que unos simples trazos, sin forma ni motivo, pero estoy seguro que terminarán definiéndose al compás de una canción.

Aunque ya no quedan más colores, pinto en blanco y en el aire todo aquello que me quedó por decir. Recuerdos, pensamientos, razones, ideas y sensaciones desfilan ante mis ojos cerrados. Las oportunidades perdidas que no volverán. Sin imagen sólo queda el sonido de una canción. O de cinco canciones en cinco tintas.