Rompe la luz de primavera las telarañas del alma y limpia los rincones y los temores. Atrás debe quedar la pereza, la soledad y el ostracismo. Suena una música creada y elegida para arrancar tus primeros pasos. Abre la puerta de tu alma y sumérgete en “un nuevo mundo”. Empápate de sol y siente como se lava tu piel y tu espíritu, como si fueras Cleopatra sumergida en su matinal “baño de leche”. Sal al exterior, con andar firme y la mirada levantada hacia el cielo. Rompe tu silencio y canta cada una de las canciones, grita alto y fuerte “¡estoy enamorado!”, aunque sea una mentira que sólo conocemos “tú y yo”. Que retumbe el suelo con tu caminar al ritmo de la música y de tu corazón. Y sigue nuestro consejo, “no vayas solo”. O tal vez sí.