Roma, París, Filadelfia, Madrid, Londres, Bilbao... Sólo su nombre ya es suficiente reclamo para una visita. Relámpago o exhaustiva. Gastronómica o bohemia. Flâneur o cultureta. Cualquiera de ellas ofrece infinitas posibilidades de disfrutar del paisaje urbano. Desde mirar la vida pasar a bordo de cualquier terraza o café hasta sumergirse en la marabunta de sus calles, también sus museos son un señuelo para comenzar la mañana, recuperar fuerzas o culminar la tarde de la forma más artística. Con la primavera instalada en el calendario, la Semana Santa a la vuelta de la esquina y las ganas locas de cambiar de aires en el ánimo de casi todos, el arte y la cultura siempre son una magnífica opción.
Entre la infinidad de propuestas culturales, hemos seleccionado siete exposiciones especialmente atractivas, tanto por el interés de las materias que abordan como por la originalidad de las obras exhibidas. Oportunidades únicas como la de descubrir (o revivir) la belleza engañosa de la pintura de Artemisia Gentileschi —una de las pocas artistas femeninas que cuelgan sus obras en museos de categoría internacional— en el Museo de Roma. O presenciar en el Louvre la mayor concentración pictórica del Siglo Oro holandés de los últimos setenta años. La misma intensidad artística que expone el Guggenheim Bilbao en cuanto a los genios del Expresionismo Abstracto o el Thyssen (Madrid) con respecto a las obras maestras de Budapest.
Mientras en Filadelfia —patrimonio de la humanidad de la UNESCO desde 2015 y cuna de la democracia norteamericana—, el Museo de Arte se rinde ante la belleza de la acuarela estadounidense, la Fundación Mapfre explora el arte italiano de entreguerras. Londres cierra la selección con una exhaustiva muestra dedicada al arte ruso entre los años 1917 y 1932. La Royal Academy of Arts se suma a las conmemoraciones del primer centenario de la Revolución Rusa con esta colosal muestra que abarca el arte de los quince años posteriores a la sublevación bolchevique.